El suelo fresco, arcilloso y rico en hierro está particularmente bien adaptado a la Merlot, la cual ocupa las tres cuartas partes de la superficie del viñedo, al lado de la Cabernet Franc con un 20% y la Cabernet Sauvignon con un 5%.
La historia, la composición de los suelos y el microclima de la región vitícola de Saint-Émilión y de Libourne, en la orilla derecha del estuario, son muy distintos de los de Médoc o Graves. Estos factores geológicos y climáticos, unidos a las variedades dominantes: la Merlot, carnosa y de sabor de ciruela y la Cabernet Franc, de maduración precoz, se combinan para crear vinos finos, especiados y frutales, con una aceptable vinosidad y un buen grado de alcohol, realzados por una cantidad suficiente de acidez, taninos y otros componentes aromáticos.
LA CLASIFICACIÓN DEL SAINT-ÉMILION
Los mejores vinos son clasificados como Premier Grand Cru Classé, seguido del Grand Cru Classé y lo más importante es que esta clasificación es revisada cada 10 años, siendo la última en 2006. Es importante aclarar que los vinos considerados como Grand Cru no pertenecen a una clasificación sino a una denominación de origen, Appellation Contrôlée, la cual está sujeta a un control reglamentario que también se revisa continuamente.
EL ESTILO SAINT-ÉMILION
La multiplicidad de vinos hace literalmente imposible establecer un estilo propio de Saint-Émilion. La calidad, sin embargo es innegable y constante, hecho que podemos constatar en las grandes cosechas o años excepcionales.